22/7/08



¿ Has visto alguna vez a una mujer herida y sin dios? Arranca el grito de lo más profundo de su dolor. Puede que me des el trago más amargo de tu copa de adiós pero llévate lejos tu lástima de mi callejón, porque al olvido invito yo al olvido, olvídalo, al olvido invito yo.

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